sábado, 23 de abril de 2011

EL CAMINO HACIA EL FORTALECIMIENTO

LOS DONES DE LA TIERRA: EL PRIMER CHAKRA.

Siempre que describimos la naturaleza de la experiencia humana hecemos conjeturas sobre por qué Dios nos creó.
¿Por qué estamos aquí? ¿Hacia dónde vamos? Calvin, el terrible niños filósofo del cómic norteamericano Calvin y Hobbes, nos da su respuesta: "Bueno, no sé nada sobre los demás, ¡pero yo vengo de mi habitación, soy un niño con grandes planes y voy a dar una vuelta¡ ¡Hasta luego¡"
He estado buscando una respuesta mas metafísica, pero, con el paso de los años, he descartado la explicación que me enseñaron en mi escuela católica: "Dios nos creó porque nos ama".
Conforme iba aprendiendo cosas sobre el sistema energético humano y su exquisito diseño, vi que, del mismo modo que somos seres tanto espirituales como físicos, nuestro propósito en la vida es tanto físico como espiritual.
Sé que ésta no es la respuesta fácil que le gustaría oír a mucha gente.
Nos gusta que las respuestas sean blancas o negras, no de ambos colores , no grises.
Nos gustaria poder vivir de acuerdo con una teología simple; básicamente, queremos una relación límpida y clara con Dios, en la cual el buen comportamiento sea recompensado con maravillosas bendiciones y el malo sólo reciba los despojos.
Pero la vida no es tan simple, aunque el cosmos tiene efectivamente sus leyes. Para mí, una parte del puzzle cósmico se colocó en el lugar que le correspondía un dia de 1985, cuando estaba haciendo una lectura como intuitiva médica a una mujer que llamaré Joan.

Siempre que hago una lectura como intuitiva médica, me inundan impresiones y recuerdos de la vida de esa persona, junto con mis propios asuntos inconclusos.
Pero con Joan sólo me vino una imagen. Tuve una visión impresionante sobre un árbol enorme cuyas raices, frágiles y quebradizas, estaban rotas.
El árbol representaba la vida de Joan, pero su espíritu sólo participaba parcialmente en mantener vivo al árbol.
Su energía no fluía con libertad por todo el tronco hasta las raices -el primer chakra-. Sentí que Joan carecía de todo sentido de pertenencia -a su vida, a su cuerpo, a su ser- y que su espiritu estaba desconcectado de su vida. Estaba desarraigada y desorientada; no tenia ningún tipo de pasión ni entusiasmo. Parecía como si siempre hubiera estado luchando por encontrarle un sentido a la vida; su mente y su espíritu estaban en constante conflicto.
Su mente desconfiaba de la vida y le tenía miedo, mientras que su espíritu ansiaba encontrar un sentido y un propósito. Aquella mujer se estaba desintegrando poco a poco, espiritual, emocional y físicamente.
Esta lectura intuitiva tuvo un profundo efecto sobre mi. Junto con la poderosa imagen del enorme árbol del espíritu de Joan, tuve la clara sensación de que el universo está construido de tal modo que cada uno de nosotros tiene su lugar y está aquí para encontrar ese lugar y para "convertirse" en él. Y vi que, si no intentamos encontrar ese lugar o propósito, sufrimos emocional y espiritualmente y ,a la larga, también fisicamente.
Aquél fue uno de los primeros indicios que he tenido de que antes de nacer nos comprometemos con una vida en un cuerpo, un momento y unas circunstancias particulares y adquirimos el compromiso de aprender nuestro propósito espiritual -nuestro Contrato Sagrado- a través de nuestras experiencias vitales.

(Extraido de: El poder invisible en Accion)